domingo, 30 de noviembre de 2008

Precuela Hades

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Os traigo un relato que escribí hace unos meses. Lo hice para un concurso de Fan-Fics de un foro en el que participo desde hace 2 años, de temática Caballeros del Zodiaco jeje, ElSantuario.
Sí, no hace falta que me llaméis friki, debéis saber que la serie Saint Seiya es una serie de culto desde hace más de 20 años, y que seguirá siendo por mucho tiempo, no sólo fueron cómics (manga) o dibujos animados. Detrás de esta serie se mueven millones de euros todavía. Y hay artículos de coleccionismo puro y duro, que millones de personas desean tener, y muchos pagan ;-)

Además, detrás de dicha serie podemos encontrar numerosos detalles históricos, culturales y religiosos. El autor de la serie Saint Seiya, Masami Kurumada, se culturizó a base de bien para crear el que ha sido su manga más famoso. Y tras los pasos de Kurumada existen personas que estudian al detalle cada punto de la magnífica serie, como si estuvieran estudiando la Guerra de Troya por ejemplo (por cierto, Kurumada hace referencia en muchas ocasiones a la Guerra de Troya jeje).

Pues bien... tras varios capítulos, varias Sagas de dichos Caballeros dedicadas a batallas contra diferentes Dioses, decidimos en ese foro en el que he participado como Moderador (un día intentaré hablar de foros, porque es otro mundo que mueve millones de personas, y que muchos desconocemos por completo jeje) elegir la Saga de Hades y hacer en el foro un concurso, una precuela en la que nos imaginaramos lo que ocurrió antes de comenzar dicha batalla, la Guerra Santa contra el dios Hades, Señor del Inframundo y Rey de los Muertos.
Y este es el resultado de mi fic presentado (por cierto, un fic no es más que un relato dedicado a algo en concreto, es un relato escrito por un fan de un tema concreto). Espero que os guste, y como siempre gracias por leerlo, y por segui leyéndome ;-)

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COMIENZO

Aquella noche bajó las escaleras que tanta admiración le habían causado desde su tierna infancia. Ahora tenía seis años, pero ya era toda una mujercita, como la decía constantemente su bella mamá. Y por ello estaba segura de poder, por fin, averiguar aquello que su padre tenía vedado. Siempre se lo había prohibido y ella no sabía por qué. ¿Qué podría haber tan importante ahí abajo como para que su padre constantemente la vigilara en sus breves escarceos infantiles en busca de juegos y aventuras? Ella sólo quería jugar, jugaba con sus amigos invisibles, jugaba con sus inventados fantasmas que hacían caso a todo lo que ella, presumida y acostumbrada a que nadie la llevara la contraria, les pedía. Aquel castillo estaba repleto de “fantasmas” siempre le decía a su madre, a lo que ésta respondía que esos eran juegos burdos de niños pobres, que no tenían nada con lo que jugar y entretenerse, mientras que ella podría tener cualquier muñeca del mundo que quisiera con sólo pedirla, no le hacían falta amigos invisibles y mucho menos fantasmas.
En el fondo sabía que era cierto lo que decía su madre, pero a ella la encantaba tener siempre en vilo a toda la gente a su alrededor, especialmente a sus criados, y a su “Mami” como llamaba a su cuidadora personal. Una mujer robusta, a pesar de su juventud, de piel sonrosada y pecas dispersas por su rostro, de pello rollizo y rubio, que siempre iba ataviada con el uniforme que los señores imponían a todos sus criados. Una mujer alegre al fin y al cabo, excepto cuando la niña se ponía terca y tenía que escucharla hablar con sus “amigos”. La verdad es que era una mujer muy natural, obediente y nada maliciosa, por lo que se creía a pies juntillas lo que aquella niña le decía. Y eso a Pandora la divertía enormemente. Menuda risa le entraba cuando cruzaban los pasillos de aquel frío, tétrico y enorme castillo, mientras cantaba con una voz muy peculiar canciones que había oído tocar a su padre, canciones tan repetidas que Pandora se las sabía al dedillo, canciones tristes, melodías armoniosas pero oscuras, que sin embargo a ella le encantaban, aunque no así a la pobre Mami, que iba mirando a todos lados detrás de la niña por si de verdad veía aquellos fantasmas imaginarios.

Pero aquella noche no estaba Mami con ella. Aquella era su noche. Por fin podría bajar las escaleras sin temor a que la cogiesen con las manos en la masa. Su padre se pondría hecho una furia si la cogía, pero esa noche estaba segura de que no ocurriría. Sus padres habían salido a una fiesta de unos vecinos cercanos, y era seguro que llegarían muy tarde.
Mami creía que estaba dormida en su majestuoso cuarto, tumbada en su cama gigante con doseles a ambos lados, una cama acogedora y caliente, cubierta de plumón de cisne de la mejor calidad, que acometía perfectamente su misión, que la niña nunca cogiera frío, pues a veces con un simple catarro enfermaba días y días.
Pandora era muy susceptible a las enfermedades, tenía la piel muy pálida y el pelo oscuro, sedoso y largo. Mami todos los días se encargaba de cepillárselo y alisárselo para que estuviera siempre radiante.

Bajó muy despacio. A pesar de que llevaba un candelabro con tres velas que iluminaban bien los escalones, Pandora se sentía insegura. Nunca había pisado más allá del rellano donde se encontraba la cancela de hierro que su padre siempre tenía cerrada con llave. Pero Pandora sabía dónde guardaba su padre la llave, la guardaba en uno de sus cajones particulares junto a la cama. Lo había visto muchas veces, y su padre también sabía que Pandora le había visto guardarlas ahí. Podría haber tenido más cuidado, haberlas escondido en otro sitio, pero no. Su padre era a pesar de todo confiado, amaba a su hijita, la única hija que tenían. La amaba tanto que la permitía todo, tanto como para dejar que la niña encontrara la llave demasiado fácil. Quizás la llave no estuviera tan escondida a pesar de todo. Quizás esa llave debía ser encontrada algún día por aquellas manitas blancas y perfectas, acostumbradas a jugar con sus muñecas, y a tocar el piano y el arpa que tanto gustaba en la familia. La música era parte de sus vidas, la parte más importante. Y esa educación musical lógicamente la llevaba Pandora en los genes. Tenía un talento natural para la música. Desde muy pequeña se sentaba ya con su padre a tocar el piano, siempre juntos, una vez tras otra. Nunca se cansaban, pues su padre adoraba la dulzura del sonido del piano tocado por Pandora, le embelesaba el pensamiento, más allá incluso de los sueños, algo mucho más profundo, y a su vez Pandora se sentía extasiada ante aquella música, no una música aprendida, trabajada, pues sabía que tocaba de una manera natural, nunca llegó a dar una sola clase de música, pero le encantaba escuchar a su padre. Parecía que aquella música sería el regalo que todo padre quiere dejar a sus hijos como herencia, algo etéreo, precioso, insustancial.

Sus pasos resonaron en aquel pasillo oscuro cuando llegó al último escalón de la larga escalinata. No fue difícil llegar hasta allí pues a pesar de los innumerables escalones, Pandora había dejado de contar en el quinientos sesenta y siete, había bajado con total ligereza, parecía que la misma escalinata se adaptara a las cortas piernas de la chiquilla.
Pandora miró hacia arriba, qué vista más espectacular vislumbraba desde allí. La escalera subía en redondo hacia arriba de manera majestuosa, los adornos en ella hacían deslumbrar la vista, tonos dorados con ocres, plata enredada en la barandilla de cobre… Y lo más impresionante de todo, una cúpula inmensa cerrando aquella visión, muy arriba del descansillo por el que había comenzado a bajar. Una gigantesca cúpula de cristales de colores, que adornaba toda aquella espectacular sala. Ahora era de noche, pero de día las paredes parecían de mil colores, los rayos del sol traspasaban sin piedad aquellos cristales enormes, y a Pandora le encantaba aquella estancia.
Pero el pasillo al que se enfrentaba ahora era diferente, y a su vez también gratificante. A cada paso que la niña daba se encendían las antorchas que había a cada lado de la pared, por lo que Pandora decidió apagar sus velas y dejar el candelabro a un lado. De regreso lo recogería de nuevo.
El pasillo era largo, más largo de lo que parecía, y a cada paso sonaba un rítmico sonido agradable a los oídos de la niña. Por fin llegó a una puerta. La empujó pero estaba cerrada. Se alejó para ver cómo podía abrirla, ya que había llegado hasta allí su aventura sería una pena tener que darse la vuelta como si nada. Se fijó en la puerta, ahora podía ver claramente los ornamentos de aquella majestuosa entrada. El color de la puerta era oscuro, un negro azabache como la misma noche sin luna, un negro oscuro, tan oscuro, que a cualquiera que lo mirara lo amedrentaría sin lugar a dudas, mas no a Pandora, que además de parecerse una aventurera nata en su propia aventura, le gustaba aquel color siniestro. Nunca había visto un color así, y nunca vería dicho color en ningún otro sitio, pero claro, ella no lo sabía todavía.
Se acercó un poco más, rozando ya la puerta con sus débiles dedos color transparente, y siguió el contorno de un dibujo labrado en la puerta. Las líneas eran perfectas, los trazos sedosos al tacto, la obra maestra de un venerado escultor de madera, sin duda, como un regalo de Dioses. Siguió pasando su mano por el contorno y se dio cuenta de lo que estaba tocando. Estaba tocando una cara, un rostro que parecía tener vida propia. Un cabello largo caía sobre aquella figura. Una sonrisa débil iluminaba aquel dibujo, parecía real y sin embargo sólo era madera tallada. Bajo el cuello se dejaba notar una especie de capa, un uniforme. Pandora no sabía de uniformes, así que no le dio la más mínima importancia. Pero sí le gustaron aquellos ángeles pequeños que rodeaban aquel rostro magnánimo. Eran niños, como ella. Niños que sonreían y admiraban el bello rostro que tenían ante ellos, llenos de esperanza, de amor, de calidez, una calidez que aquel les brindaba lleno de bondad y sinceridad. Pandora sintió envidia, una envidia sana, pero envidia al fin y al cabo. Ella a pesar de tener todo lo que quería, y a pesar de que sus padres la adoraban, nunca había sentido lo que allí veía en los niños. Parecían tan felices al lado de aquella cara. Ella también querría estar allí, a su lado, sintiendo esa felicidad, esa bondad dentro de su cuerpo, en su corazón, en su alma.
De repente y sin poder creerlo la puerta se abrió.
Lo que apareció ante ella fue una sala circular, bastante pequeña para la majestuosidad del castillo Heinstein. Era una sala lúgubre, sin iluminación apenas, salvo unos candelabros que rodeaban el altar central. A pesar de ello Pandora sintió alivio al entrar allí, todo parecía estar en su sitio, todo estaba expectante ante aquella visita, y eso penetró como un bálsamo en la niña. Paseó alrededor del altar con tranquilidad, sin prisa alguna, sabedora que se encontraba en su sitio, que pertenecía de alguna manera allí, aunque no sabía por qué sentía eso. Daba igual, no lo pensaba, no pensaba en aquella inesperada aventura, ya no, aquello era más de lo que podía imaginar.
En medio de aquella sala se encontraba un cofre pequeño, de cuero oscuro, muy viejo y ajado, que sin embargo parecía tener vida propia, desprendía latidos, impulsos que llegaban a Pandora con toda claridad… la llamaba, y ella se acercó. Sus ojos violetas refulgían con el reflejo de las velas, su mirada se encontraba perdida ante aquel hallazgo, sus manos anhelaban tocar aquel tesoro perdido del mundo hacía varios siglos…
Pandora no se lo pensó, tocó el cofre con sus pálidas manos, y sintió la calidez que penetraba en ella, entró en una especie de éxtasis que nunca había sentido, y que posiblemente nunca sentiría jamás, pero tampoco la asustó. A pesar de su corta edad comprendió que estaba predestinada a ello, que ese día tenía que llegar, que todo estaba dispuesto para que así ocurriera. Su padre lo sabía, y en la fiesta sonrió levemente, aunque cierta amargura se dejaba entrever en sus labios, por fin había perdido a su hija para siempre.
Pandora encontró el broche que cerraba aquel cofre, y lo levantó con cuidado, con veneración… La tapa se abrió de golpe, y del cofre comenzó a salir una neblina amoratada, un humo que cubrió rápidamente la pequeña estancia circular. Pandora estaba asombrada ante aquel hallazgo, su pelo se encrespó con aquel débil vendaval que salía del objeto. Cerró los ojos con pasión, dejando que todo aquello la rodeara y la hiciera suya… y de repente todo paró. Pandora no quería que terminara nunca, pero abrió los ojos lentamente, se quedó asombrada ante la visión que tenía delante, dos formas insustanciales se encontraban ante ella, las siluetas se acercaron al centro, a la luz de las velas, y Pandora pudo comprobar que eran dos hombres mucho mayores que ella. Eran idénticos, como si fueran gemelos, y su mirada ardía de una manera antinatural… uno de ellos habló:
-¡Por fin! Ha llegado el momento, hermano.
Pandora no sabía cómo actuar ante aquellos extraños, así que sólo pudo abrir la boca sin emitir sonido alguno, su embelesamiento era total.
-Ah, esto es otra cosa, Tánatos. Somos libres de nuevo, y cumpliremos con nuestro cometido. Jovencita -miró a Pandora con cierta superioridad pero a la vez con ternura- has hecho un gran trabajo. Ahora escucha con atención. Eres la Elegida, estabas predestinada a abrir la caja. Ahora eres uno de los nuestros, un siervo más de nuestro señor Hades, y como tal cumplirás todos sus mandatos con fervor y humildad. Nada hará que dejes de pensar en cumplir los deseos del Dios del Inframundo, del Señor de los Muertos.
“Soy Hipnos, dios del Sueño, y éste es mi hermano Tánatos, Dios de la Muerte, y juntos haremos que Hades gobierne el mundo como le pertenece desde tiempos inmemoriales. No hay tiempo que perder, así que no digas nada pequeña, hay que reunir nuestras tropas lo antes posible. Mañana ocurrirá algo desagradable para ti, y que sin embargo lo acabarás aceptando con naturalidad, créeme. Mañana pasarás a pertenecer exclusivamente a Hades, le amarás como si fuera tu propio padre, como si hiciera de tu única madre, le venerarás sin dudar, y cumplirás sus objetivos con devoción. A partir de mañana no importará otra cosa que tu Señor.
Pandora no sabía qué decir ante aquellas palabras, y sin embargo, no la sorprendieron sobremanera. No sabía por qué, pero sabía que era así, que siempre había tenido que ser así.
-Mañana, Pandora -dijo Tánatos- tu madre engendrará un vástago, el hijo de Hades. Y tú velarás porque ese chiquillo nonato se encuentre bien en todo momento a pesar de que estarás lejos, muy lejos de él. Sólo acudirás una vez para verlo, y para entregarle el símbolo de Hades. Será tu único regalo, y sin embargo será el más importante. No dudes, niña, es tu destino.
Y aquellos dos extraños que decían llamarse dioses desaparecieron en la negrura que envolvía la estancia.
Pandora cerró el cofre con tranquilidad, como si nunca hubiera ocurrido nada, pero sabedora de que todo había sido real, tan real como la misma muerte que a todo el mundo llega, y que penetraría al día siguiente en su castillo.
Subió los escalones de nuevo, se metió en su alcoba y se tumbó en su acogedora cama. Su aventura había acabado, cerró los ojos y sucumbió a un tranquilizador sueño, aquel estado en el que sólo el que sabe que su destino ha sido escrito y ha encontrado por fin su camino puede sentir, y se durmió.
Aquella noche murió la Pandora exigente, mimada, risueña, y nació Pandora, la fiel servidora del Dios del Inframundo, Hades.


BÚSQUEDA

Al día siguiente todo parecía ocurrir como los que se hacían llamar dioses habían descrito, aunque todo falló de repente. Muy pronto la tensión se acumuló en el castillo como una tormenta amenazadora, la madre de Pandora sucumbió poco después del alba ante terribles dolores que los criados nunca supieron acallar, sus ojos desorbitados vieron cómo el propio padre de Pandora se llevaba a aquel chiquillo pequeño y debilucho a las afueras del castillo, aquel niño que nunca había dado señales de existir en el vientre de la madre, y que sin embargo fue el causante de su trágica e inesperada muerte.
Su padre también se fue, Pandora lo vio desde el ventanal de su habitación. Se despidió de él en silencio sabedora de que no lo volvería a ver jamás, sin atreverse a seguirlo, a convencerlo para que se quedara con ella, para que la cuidara como siempre había hecho. Aquel padre sí se volvió a mirar por última vez a su pequeña, una lágrima resbaló por su mejilla justo antes de subir al carruaje que lo esperaba para alejarse de su hogar, para siempre, para no regresar jamás.
Los años fueron pasando, y Pandora aprendió con el tiempo, sin querer, lo que debía hacer. No había nadie en el castillo, todo el mundo había fallecido aquel fatídico día menos ella. Lloró semanas enteras, ni siquiera salió de su habitación, tal era su desesperación. Hasta que llegó el día en que se secaron sus ojos y dejó de derramar lágrimas de pena. Fue como un bálsamo para su alma, como si alguien cuidara de ella, ¿sería entonces verdad lo que dijeron aquellos que salieron del cofre?, ¿sería Hades su Señor y velaría por ella?, ¿de verdad debía entregarse a él por completo? Desconocía la respuesta, pero aquellos pensamientos calmaron su atormentada alma. Sin llegar a comprenderlo sabía que así debía ser, debía tenerlo todo dispuesto para hacer de aquel castillo la morada de su Señor Hades.
Nadie la alimentó como le ocurriría a cualquier chiquillo con un cierto nivel de vida. Nadie cuidó de ella, ni la bañó en agua tibia, ni peinó sus sedosos cabellos, y sin embargo, Pandora gozaba de mejor salud de lo que nunca antes había tenido. Su belleza deslumbraría al mismísimo Zeus, su mirada convencería a cualquier hombre o habitante de la Tierra, atrayéndolo hacia ella de una manera sutil pero amenazadora. Su cabello oscuro, liso, brillante, desquiciaría de amor hasta al más fuerte de los Caballeros de Atenea. Su coraje sería admirado por su Señor por eras, y su poderoso cosmos haría temblar a la humanidad.

Recorrió los lugares más insospechados a pesar de su corta edad. Se movió por Europa, por Asia, por América Central, a nadie le extrañaba que una niña tan pequeña viajara tanto, y tan sola. Nadie la miraba, nadie la veía, salvo los ojos escrutadores de Hades, que desde su eterno descanso velaba por ella. Pandora se estaba encargando de encontrar a sus nuevos espectros, por lo que debía cuidarla para que desarrollara el trabajo que él todavía no podía hacer, desde hacía 238 años se encontraba encerrado en aquella urna en la que Atenea lo dejó en su anterior Guerra Sagrada.
Uno tras otro los espectros fueron encontrados y enseñados para servir a Hades.
Primero fue Radamantis, joven, apasionado y cruel, acostumbrado a que todos se postraran a sus pies.
Como no podía ser de otra manera el Juez del Hades caminaba sin conocerlo bajo la protección de la estrella del Cielo Furioso, pues ya en su Dinamarca natal quien no acataba sus mandatos era castigado inmediatamente. Pandora lo sabía, lo había visto en sueños, y a pesar de ello no obtuvo demasiada resistencia cuando lo visitó y le planteó su deber para con su dios.
Aquel joven conocía su destino desde hacía años, y se jactaba por ello. Su poder ya era inmenso a pesar de su corta edad. Aún así, desde muy pequeño entrenó con ahínco, era demasiado orgulloso como para dejarse abandonar como otros hacían, tal vez aquellos desconocieran lo que los Dioses les tenían deparado, pero no era así para Radamantis. Espero aquel beso de Pandora con ferviente dedicación, pero una vez rebajado a conseguirlo se prometió que sería la última vez. Ni siquiera el mismísimo Hades podría mandar sobre él. Y eso era lo que más le gustaba a su Señor, Radamantis sería perfecto para sus planes, sería letal.
En Oslo encontró a Minos, Juez del Hades de la estrella terrestre del Cielo Noble, un muchacho audaz y algo tímido, que desde pequeño sabía era especial, pero a pesar de ello nunca se jactó de su don, siempre intentaba ser justo con los demás.
Por último Pandora viajó al Nepal, pues el tercer Juez se encontraba allí. Un joven valiente de unos diez años de edad, que se convirtió pronto en el admirado de todos por su valentía y tenacidad. Pandora le dio el Beso de la Muerte a la vez que le hacía partícipe de su nuevo estatus, espectro Celeste de los Héroes, y como tal bajaría al Inframundo para poner orden y servir a Hades sin dilación.
Aquel fue el comienzo del nuevo ejército de Hades, jóvenes valientes con ansias de dominar el mundo, dispuestos a dar su vida y hasta su alma incluso después de la muerte.


REUNIÓN

Y por fin llegó el día. El sello se rompió y los 108 espectros camparon a sus anchas por aquel tétrico castillo en Alemania.
Pandora tenía dieciséis años ya, y era toda una mujer, perfectamente capaz de llevar a las tropas de Hades a la victoria. Lo tenía todo dispuesto, el castillo preparado como cuartel general, los espectros listos con sus resplandecientes y oscuras surplices de nuevo. También se había encargado de entregar aquel valioso objeto a su hermano menor, la futura reencarnación de Hades. Todo estaba listo, había llegado la hora, el comienzo de una nueva Guerra Santa…

-Mis espectros… -La quietud era palpable en toda la majestuosa estancia. El trono vacío de Hades no impidió que allí les hablara el mismísimo Dios de los Muertos.
“He aquí vuestro Señor, vuestro camino y vuestro destino. He aquí aquel a quien amaréis por encima de todo, he aquí la justicia divina ante vuestros ojos, la sabiduría, el poder… Todo lo que podáis imaginar os lo daré, todo lo que me pidáis. Os convertiréis en lo que siempre habéis soñado, cualquier deseo será cumplido. Pero sólo os pido una cosa, un único juramento… debéis serme fieles hasta la muerte.
Las caras de asombro se vislumbraban debajo de aquellas terribles formas, armaduras, cascos protectores, negros como el azabache en algunos casos, brillantes morados en otros, pero relucientes al fin y al cabo, llenos de vida, y de muerte y destrucción.
-Si estáis dispuestos a darlo todo, os concederé la vida eterna. Si finalmente decidís seguirme, pues vuestras surplices así lo demuestran, lo único que debéis hacer es luchar y vencer en mi nombre. Id y conquistad a la humanidad, esa lacra de la que debemos deshacernos para crear un mundo mejor, un mundo gobernado por los muertos, por los fieles espectros que se alzan ante mí, un mundo sin maldad a pesar de la masacre que debemos llevar a cabo. Es necesario, no debemos vacilar ni un instante… Por la justicia, mis fieles siervos, respondedme a una sola pregunta: Radamantis, Aiacos, Minos, Espectros Celestes y Terrestres, Soldados del Hades… ¿estáis dispuestos a morir por mí, por vuestro señor Hades?
-¡Sí, mi Señor! -respondieron todos al unísono.
-¿Radamantis?
Aquel chiquillo era especial, tenía una mirada fría y distante, gélida, transmitía una superioridad fuera de lo común. Ningún espectro antes había tenido la seguridad del actual Juez del Infierno del Wyvern.
Radamantis levantó la cabeza, una breve sonrisa aparecía en sus labios, una siniestra sonrisa de aquel que se sabe victorioso de antemano…
-Por supuesto… mi Señor.
-Perfecto entonces. Reunid a vuestras tropas mis Kyotos, la lucha va a dar comienzo… Pero antes dejadme que os muestre mi más increíble creación… Deslumbraos con estas armaduras, pues ahora son nuestras… Nuestros más fieles aliados, los que nos abrirán las mismísimas puertas del Santuario de Atenea, ¡los Caballeros de Oro!
De entre las sombras aparecieron seis figuras encapuchadas, nadie se había percatado de ellas, salvo los tres Jueces. Una de ellas se adelantó:
-Mi señor Hades, nosotros los Caballeros de Oro de Aries, de Capricornio, de Acuario, de Piscis, de Cáncer y el más temible y temido de todos, de Géminis, os mostramos nuestro respeto, y os obedecemos en todo lo que os plazca. Sólo queda daros las gracias por concedernos la vida eterna -y Shion se postró de rodillas, seguido por los otros Caballeros de Atenea caídos.
-Acepto vuestros respetos, Maestro Shion de Aries, antiguo Patriarca del Santuario. Y os concedo el plazo de doce horas exactamente para que me traigáis la cabeza de Atenea servida en bandeja de plata. Esa será vuestra única misión.
Un pequeño charco comenzó a caer de las cabezas gachas de los seis encapuchados, un charco que en la oscuridad no apreciaba su color, un color rojizo, viscoso. Aquellos caballeros lloraban por la cercana muerte de su Diosa, lágrimas puras, lágrimas de tristeza… aquellos caballeros lloraban lágrimas de sangre.


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miércoles, 26 de noviembre de 2008

Trazo blanco sobre lienzo blanco

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He aquí un libro en blanco...













Un libro en el que el propio autor dice que no ha escrito nada, que son los propios lectores los que han creado la novela, con su propia imaginación... es eso posible?? Pues parace ser que para Francisco Legaz sí, a pesar de que Francisco no es el autor de la novela. Vaya galimatías verdad?? jajaja... pero es que así es el libro, de verdad.

No es que sea un lío leer la novela, es que en sí la novela es tal y como describo arriba. Quizás todo se resuma a una palabra: Metaliteratura.

Qué es metaliteratura, no es ni más ni menos que literatura que trata de literatura. Existen distintas formas de hablar de literatura dentro de la literatura, lo más fácil es citar a otros autores o escritores, eso es fácil. Puedes escribir una novela y de vez en cuando citar alguna frase de Pérez Reverte si el tema llega al caso, y no por eso ni tu novela es mala, ni la cita es buena, ni al contrario.
Otra manera es hacer lo que Legaz ha hecho con su novela, y en este punto no sé si decir que el autor de la novela es el propio protagonista de la misma. Bueno, en realidad ya lo he dicho pero sólo por que en la contraportada del libro así se explica jeje, así que no seré yo quien desvele el secreto. Aunque a decir verdad, es el propio protagonista quién lo desvela. Es él quien decide interactuar con el lector a través de las palabras, es más, diría que es un escritor mediocre sin ideas, dicho por él mismo. O no. Porque no creo que una novela que a priori pueda parecer aburrida solo por el hecho de que el portagonista la describe como si fuera su propio diario, llegue a ser mediocre.
En realidad tiene mucho mérito que dentro de la novela el autor mezcle su realidad con su irrealidad, se enamora incluso de su propia protagonista. No os lieis, no hablo del autor Francisco Legaz, estoy hablando del autor de la novela.

Vais pillando por donde voy?? jejeje.

Sé que es complicado de explicar, tengo fuentes cercanas que incluso no pudieron con el libro. A mí simplemente me parece espectacular, por la manera tan fácil que está escrito, por todo lo que te puede llegar a enseñar, y sobre todo por lo que te pueda entretener. Ese es el único fin de Francisco Legaz, entretener, divertir.

Aquí llego a un punto all que siempre llego, valga la "rebuznancia" xD, a pesar de escuchar diversas opiniones contrarias a la mía jeje. Un libro no siempre tiene que enseñar, o divertir, o hacer pensar... creo que un libro puede tener todo eso y mucho más, incluso dibujitos, xDD. También es cierto que libros muy particulares se escriben por un determinado motivo. No es el caso de Trazo blanco sobre lienzo blanco, a mi modo de ver, claro está.

Recomiendo muy mucho leerlo, porque estoy seguro que no es muy común leer una novela de este estilo, si es que se puede encuadrar en un único estilo.

Añado que por supuesto es una novela muy bien documentada, muy pensada, y muy trabajada, como todo lo que suele hacer Francisco ;-)

Donde podéis encontrarlo?? Pues por suerte en numerosos sitios, mismamente en la Casa del Libro, o en cualquier librería del planeta Tierra, e incluso puede que de algún otro planeta, pues está editado y apoyado por Ediciones Irreverentes.

Gracias por leerme, y por seguir haciéndolo, mis fieles lectores jeje.


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martes, 25 de noviembre de 2008

De nuevo un NO a la Violencia de Género

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Aprovecho la entrada de mi amigo Plyngo para reiterar mi más sincero apoyo a las víctimas de los maltratos. No diré machista porque estoy seguro que también muchos hombres son maltratados... así que lo dejo en algo genérico por el que todos unidos debemos luchar.

Pero me quiero centrar sobre todo en una cosa concreta: por favor, quien se vea perjudicad@ que lo denuncie, que no se calle, que sepa que seguro hay gente a su alrededor que están deseando ayudarle, que no tengan miedo a las posibles consecuencias... que no se anulen como personas, que sigan para adelante, que ese ser innombrable que les está haciendo tanto daño no es un ogro y que pueden dejarle en el olvido... que vivan su vida lejos de él/ella.
De acuerdo que es duro, y que nos tenemos que ver en esa situación para conocer cómo reaccionaríamos, pero precisamente por eso, porque lo vemos desde fuera, sabemos que tiene solución: DEJAOS ACONSEJAR, POR FAVOR!! no aguatéis más maltratos, tanto físicos como psicológicos, os lo pido de corazón. Abrid los ojos, que existe un mundo mejor!!

No quiero despedirme sin deciros, sí a vosotros personas que os sintáis maltratadas, que escuchéis con atención esta humilde canción de Bebe, que hay gente que os quiere ayudar de alguna forma, que os dejéis aconsejar, y que actuéis, que ahora hay medios... aunque a veces fallen (tirón de orejas a la justicia española, a los políticos, y a las autoridades competentes, por dejar que sigan habiendo muertes por violencia de género y no cambiar las cosas radicalmente)


Llama ya al 016, teléfono gratuito de atención contra la violencia de género






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viernes, 21 de noviembre de 2008

Premio!!! xDD

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No, no estamos en una tómbola de cualquier pueblo de nuestra España en fiestas jejeje... sino en una entrega, en un recordatorio de aquellos que nos seguimos por la red bloguera y que tanto tiempo pasamos juntos.

Virna me dejó su apoyo a través de estos regalos, y a pesar de que quien me conoce sabe que no soy dado a ello (ni a los dichosos mensajes de cadenas, esos que si no los sigues mandando te matan en 7 días, xDD) por esta vez y porque me parece todo un detallazo, y porque me apetece hacer lo mismo con la gente que me sigue o ha seguido mi pequeño espacio internauta, pues haré lo mismo.




Por vosotros, gracias!!! y espero seguir viendoos vuestros nicks por La Voz del Sr. Stromboli jejeje. Evidentemente, el orden de los factores no altera el producto, o lo que es lo mismo, no por estar abajo de la lista sois menos importantes ;-)

Chiquita i compañía

Plyngo and Me

No me cuentes más cuentos

La Cólera de Nébulos

Libro Abierto

El Bosque de las Palabras

Desde el puerto...

Cosicas de Oloman

Ediciones JF 2005

Más Cuento que Calleja

Conociendo a Gipsy Rose

Santyago Moro

Astralis

A donde vas? Patatas traigo

Misión Imposible, con Lestat y Gorrinete

Itziar San Vicente, Ilustradora

El mundo según Elizabetha


...y un largo etcétera, que nunca me dejaría acabar jejeje. Gracias!!



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jueves, 20 de noviembre de 2008

PORNOGRAFÍA INFANTIL NO

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NO A LA PORNOGRAFÍA INFANTIL

NO A LA PORNOGRAFÍA INFANTIL

NO A LA PORNOGRAFÍA INFANTIL

NO A LA PORNOGRAFÍA INFANTIL

NO A LA PORNOGRAFÍA INFANTIL


Es que no escuchas??
Es que no sabes leer???
Es que no tienes corazón????

Busca en tu navegador estos terminos si quieres: angels, lolitas, preteens y si los encuentras y te jactas de ello espero que te ocurra lo peor posible. Palabras como estas implican ser un depravado/a, un enfermo/a, un inhumano/a... A MÍ PARTICULARMENTE ME DAS ASCO.

PORNOGRAFÍA INFANTIL NO. Espero que te haya quedado claro.


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miércoles, 19 de noviembre de 2008

La ventana del Ángel

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Os traigo una nueva novela, desconocida para muchos, casi seguro que para la mayoría, pues su autora (sí, también existen escritoras en este mundo machista...) es novel.

Se llama Susana Herrero Gásquez, y vive en un pueblo pequeño de la Sierra Oeste de Madrid, muy cerquita de mí.
Susana con su novela La ventana del Ángel nos demuestra que hay algo más al final del tunel, que hay vida después de la muerte, o mejor dicho, que existe otro mundo que nos espera tras la inoperancia del cerebro. Un mundo en el que seres maravillosos aguardan por nosotros y nos protegen... quizás sean efectivamente ángeles de la guarda, quizás sólo sean los pensamientos más ocultos de nuestra mente, no lo sé. Sólo sé que está demostrado que los humanos somos capaces de usar una parte minúscula de nuestro cerebro, y que aquellos que usan un porcentaje un poco más alto, con un 1 o 2% es suficiente, se hartan de este mundo sin frenos, y acaban de una manera un tanto trágica. Es ahí cuando los demás mortales, insuficientes como nosotros o como yo al menos jeje, decimos que estaban locos, cuando seguro eran los más cuerdos.

Por suerte a Álvaro, el protagonista de la novela, le llegan a creer, y con él se forma una nueva manera de ver la vida, los sueños y sus consecuencias.

Sólo diré que Álvaro regresa de un coma profundo tras 7 meses (creo que eran 7, jeje) y vuelve diciendo que fue su propia madre la que le llamó de nuevo a la vida. Os podéis imaginar la cara de los familiares, amigos y cuidadores (por desgracia la ingrata de su novia no lo vió, o no pudo aguantar más, dejemos entonces la palabra ingrata tachada, pues veríamos cada uno de nosotros hasta donde somos capaces de aguantar...) se quedan alucinados, ya no por el regreso del joven, sino por su manera de regresar, y sobre todo por las noticias que trae. Al fin y al cabo ellos ya sabían que la madre había muerto unos meses antes por el dolor producido por el accidente de su hijo, pero Álvaro, en su estado, no podía saberlo... ¿cómo ha ocurrido entonces? ¿por qué Álvaro sabe que su madre ha muerto? ¿será cierto entonces que ha sido ella misma la que le trajo a la vida, por 2ª vez? ¿hay vida después de la muerte?

Las respuestas las tienes en esta magnífica novela de algo más de 400 pagínas, editada por la propia Susana con la ayuda de Edición Personal.

Os recomiendo su lectura, os va a dejar buen sabor de boca ;-)


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viernes, 14 de noviembre de 2008

Esto es amor a los animales...

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Nos hemos llevado una grata sorpresa con un blog. Hay un refrán que dice: "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces", pues bien, en este caso Virginia presume de amar a los animales en general, y a los galgos en particular, y creo que nadie nos atreveremos a decir que carece de ello.


(Aviso: estas imágenes pueden herir la sensibilidad de ciertas personas)
Chiquita i compañía es un blog dedicado exclusivamente a defender los abusos a los que están sometidos los animales, y en particular en dar a conocer la maravillosa compañía que pueden dar los galgos.



En general yo añado que la compañía que te da un animal, ya sea gato, aunque sea un poco pasota a veces, otros bichejos que nos rodean, pero sobretodo perros (y de ello puedo dar buena cuenta, pues tengo 2 gatos y 1 perro) no te la da una persona.
Bueno, vale, quizás haya personas que sí te den ese cariño y esa devoción absoluta, pero sólo algunas, y sin embargo estoy seguro que tu perro lo hará, a menos que esté enfermo, o por qué no, loco.

Virginia también tiene un blog de Adopciones. De nuevo nos cuenta la cruda realidad de esta inhumana sociedad en la que vivimos. Da vergüenza cómo algun@s que hacen llamarse personas en su saño juicio crean tanto daño y tanto dolor a sus animales de compañía.
Y es que por desgracia para muchos de ellos sólo son un mero instrumento de trabajo. Estamos hartos de ver cómo numerosos cazadores abandonan a sus perros de caza sólo porque se hacen viejos y se convierten en una boca más que alimentar para 0% beneficios cuando ya son mayores, así que prefieren terminar con su vida en un paraje abandonado como si fuera una lata de refresco.

Me parece perfecto que todo el mundo pueda elegir por esos animales abandonados porque al fin y al cabo no pueden hablar por ellos mismos (fijaros que no digo que no entienden o que no piensan, el que diga eso es o porque nunca ha tratado con animales, o porque si ha tratado no se ha molestado en comprenderlos), pero que lo hagan de una forma civilizada. Que los lleven a centros de acojida, que hablen con sus vecinos por si se quieren hacer cargo de ellos, etc... porque hay una vida en juego, y estoy seguro que una vida que quiere vivir y dar cariño a y para la gente.

Copiaría aquí mismo alguno de los ejemplos que Virginia se atreve a subir a su blog, pero prefiero que entréis a su blog y lo comprobéis por vosotros mismos... Si no os duele el corazón, si viendo esas imágenes no se os cae el alma al suelo, no os preocupéis demasido, no vayáis al médico, no hace falta... no tenéis ni corazón ni alma.

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Para terminar con esta entrada, quiero hacer ver hasta el punto en que creo en esto que digo, con mi pequeño homenaje a mis animales de compañía. No entenderé nunca cómo alguien puede desear mal a algún animal que te da tanto, como a mí mi perro, por ejemplo:

Grison


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martes, 11 de noviembre de 2008

Libro de Visitas

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Aprovechando la nueva actualización abro esta entrada como Libro de Visitas. Podéis dejar vuestras firmas y comentarios para ello cuando y como queráis, como siempre.

Gracias a Rudy Spillman por "donarme" su libro jeje (qué morro tengo, verdad Rudy? jejeje, espero que no te moleste ;-) )


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lunes, 10 de noviembre de 2008

Sr. Stromboli 1.0

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Así es... ya tenéis en vivo y en directo delante de vuestras pantallas la primera actualización del blog!!

Me ha costado un buen tiempo llegar a ello, pero por fin ha sido posible jeje, mis ojos y mi espalda pueden dar fe de ello xDD.

Antes de contaros qué ha cambiado me gustaría agradecer a Oloman su ayuda totalmente desinteresada, sin sus truquillos seguro que esto quedaría mucho peor ;-) .
También por supuesto a Templates para Você, de la cual saqué y rediseñé la plantilla que ahora estais viendo (Blue Love).
No quiero dejar sin dar las gracias por los tutoriales literarios a Santyago Moro, Antonio J. Bazalo, Yolanda Gamboa y EL MUNDO, por si acaso se llegaran a ofender por enlazar sus trabajos, aunque no lo creo, pues en todo caso hago ver que su trabajo no fué en vano jeje.
Y por supuesto a Plyngo!!! Sin él creo que este blog nunca hubiera existido, y es que hay que tener amigos en todas partes, aunque sean peluches rosas y vivan en las Islas Cook, xDD.

Y ahora paso a detallaros los cambios sufridos, espero que a mejor jeje:

- Nueva barra superior de Blogger. Está escondida, pero con pasar el ratón por encima se despliega, por si necesitáis buscar algo o simplemente conectaros.

- Nuevo Banner principal, no sé si mejor o peor, pero creo que más llamativo ;-) .

- Enlaces rápidos bajo la cabecera del blog a temas interesantes de este blog, o de otros.

- Añadidas 2 columnas laterales en la parte derecha, la inferior con color de fondo azul.

- Añadidas también 3 columnas inferiores al pie del blog, muy útiles para enlaces necesarios que sin embargo no rompen la estética del blog o de las columnas laterales.

- Añadido un motor de búsqueda Google, para que lo uséis directamente para buscar enlaces por la red sin necesidad de abandonar el blog para ello (columna izquierda, arriba).

- Botón de enlace al Sr. Stromboli, el cual podéis añadir a vuestros blogs o webs simplemente copiando el código HTML dado debajo del botón (columna superior derecha, arriba).

- Además he colocado un artilugio en la columna izquierda para que sigáis este blog si lo deseáis y os gusta.

Por el momento, no hay más cambios... aunque estoy trabajando en seguir mejorando y en breve habrá novedades jeje. Renovarse o morir ;-)

Gracias por leerme, y por seguir haciéndolo, como siempre digo.

Y esta vez termino pidiéndo vuestro consejo acerca de la estética y la funcionalidad de la actualización del blog, para ello sólo tenéis que dejar algún comentario en esta entrada... todo sea por hacer mejor, más visible y entendible éste, vuestro blog!!


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domingo, 9 de noviembre de 2008

¡¡Tenemos un colaborador!!

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Pues sí, como bien habéis leído, tenemos un nuevo colaborador: se llama Nicolás, y es "parisian", como él mismo diría jeje.



Lo encontré un buen día, cuando fuí a conocer la librería El Dragón Lector (otro día os cuento, porque es una historia preciosa esa, la de Pilar y su marido José) y allí estaba Nicolás, el toro que venía de París conociendo mundo.
No sé por qué se encariñó conmigo y con mi amigo Javi... bueno, en realidad sí lo sé jeje, nos dijo que tenía un amiguete de los muchos que hizo en uno de sus viajes, con la particularidad de que éste era un dinosaurio rosa de peluche!! Y claro, hasta ahí podíamos llegar... como no íbamos a adoptarle siendo amigo de Plyngo!!
Por cierto, quién no conoce hoy a Plyngo?? Ese dinosaurio rosa con voz parlanchina y lengua picante y testaruda está en todos lados jejeje. Menos mal que soy amigo suyo, que si no...!!!

Pues volviendo al tema, Nicolás es un toro enamorado de toda mujer que se cruce en su camino, como buen galán francés, evidentemente. Desde que se vino conmigo siempre está cantando canciones tiernas y enamoradizas... siempre está mirándose en el espejo para ver si tiene bien los cuernos (no... no es que sus amores aprovechen para irse con otros cuando Nicolás no está, no. Es que si os fijáis Nicolás es un toro jeje, de los de cuernos, aunque sean rojos...).
A decir verdad también es un poco diablo, porque qué toro tiene la punta del rabo de color rojo?? sólo el diablo, o así lo pintan, el mismísimo demonio. Aunque Nicolás es totalmente inofensivo y diferente: Nicolás tiene un corazón de color rojo en la terminación del rabo!! Y es que Nicolás es puro amor!!! xDDD

Pues así es, Nicolás vino con una chica francesa a ojear libros infantiles en El Dragón Lector, y aquí se quedó, entre nosotros jeje. Yo estoy encantado... y otro que yo me sé de cierto color rosa, pues también, xDD. Aunque los gustos gastronómicos de Nicolás son un poco más, digamos, "exigentes" que los tucanes a la brasa o murciélagos fritos a la salsa de hongos de cueva que Plyngo suele comer!!

Pues espero que le tratéis como uno más de la familia, aunque es viajero por naturaleza (así lo demuestran sus alas a la espalda también de color rojo), Nicolás también está un poco falto de cariño, sobre todo femenino... tiembla Valentina ;-)






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La voz del Sr. Stromboli © 2008 Por *Templates para Você*